Antes y después del Imperio del Sol Naciente.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Disparadores

Todo tiene un disparador. Siempre hay una causa detrás de todo efecto. En mi caso lo fue (es) la desabrida tristeza que me invade ocasionalmente tras la unilateral decisión de romper mi relación con mi ex. No es que lo extrañe, no es que me haga falta (que te pasa entonces querida?), pero es como que tras el haber roto con el hubiera abierto una maquiavélica mezcla de Caja de Pandora y Arcón de los recuerdos, malos en su amplia mayoría – no es que sea una manifiesta depresiva sino que esta demostrado que el ser humano tiende a recordar mas fácilmente aquellos momentos que le fueron emocionalmente mas duros por sobre aquellos en los que fue feliz (extracto de la revista científica “Acabo de romper con mi novio y me siento para el ojete”). Y es así como últimamente no puedo evitar reflexionar sobre tristes verdades inexorables como ser que en poco menos de 3 años cumplo 40 (y me acabo de quedar 15 minutos mirando el cursor tintinear detrás del condenado numero), que no tengo pareja, que tengo un par de obsesiones mayúsculas (y quien dice un par dice 3 o 4), que me prepare mucho toda la vida pero que no me siento realizada profesionalmente, que vivo en un monoambiente alquilado, que mi vida social es precaria (por no decir abiertamente pobre). Hay veces en que puedo ser una fría observadora de estas álgidas realidades (las observo, levanto los hombros y sigo caminando) y hay veces – particularmente los domingos por la tarde – en que sucumbo ante su peso, no puedo conmigo misma y literalmente me doblegan hasta que lentamente empieza a hacer efecto la cafeína del lunes a la mañana en la oficina.

Hace un par de domingos atrás mi aun fisiológicamente activo instinto de supervivencia hizo que llamara a una de mis poquísimas pero magnificas amigas en busca de una mano que me rescatara de mi catatónico estado. Me arrastre hasta su casa y nos sentamos a tomar un café. Mientras una de estas tormentas de verano mojaba el jardín le conté de mi triste padecimiento. Mi amiga me escucho, se compadeció de mi sufrir y me dijo “Pero déjate de joder nena!” (necesitaba que me sopapearan) “Lo que decís es verdad. Es una cagada estar solo, todos nos vamos poniendo grandes, mañosos y son tocados con una varita mágica los que están conformes con su laburo y pueden vivir de lo que realmente los apasiona. Pero sabes que? La vida va a continuar igual aceptemos todo esto o no, entonces tratemos de pasarla lo mejor que podamos. Agita Paulita! No te quedes. Que te gusta hacer? Que te llena el espíritu? Que te hace cagar de risa? Buscalo y tirate de cabeza”.

Esa misma noche al llegar a casa me senté en la cama con la compu sobre mis piernas y cual quinceañera antes de su gran fiesta, empecé a hacer una lista de aquellas cosas en las que me gustaría incursionar y que hasta ahora no lo había hecho. La lista no era muy extensa (soy humilde de imaginación) pero me sorprendió a mi misma cuando termine de tipear la ultima palabra: escribir. Para ese entonces ya había empezado este blog, mas como recurso terapéutico de descarga que otra cosa. Pero hasta ese momento nunca se me había ocurrido ir un poco mas allá en esto de la escritura.

Escribir me hace bien. Es como que al poner las cosas por escrito las saco de adentro mío, se hacen palpables, están ahí y entonces las puedo enfrentar y analizar mejor. Me gusta mucho escribir con sarcasmo y encontrarle el lado humorístico a lo que me pasa. No se si seré muy idiota. Solo se que me hace sentir menos desdichada.

Tal es mi entusiasmo por desarrollar esta veta artística inexplorada en mi vida que a falta de 1, me inscribí en 2 talleres literarios de verano. En uno de ellos me pidieron un mail de contacto y di mi casilla recientemente creada: nuevapaula@gmail.com. El chico que inscribía la leyó en voz alta y me dijo “Nueva Paula, todo un renacimiento” “No se si renacimiento pero una nueva etapa en mi vida seguro que es”, le conteste.

1 comentario:

  1. Otra quinciañera antes de su fiesta: http://www.youtube.com/watch?v=c2ByEeR9Jbg

    La vida hay que vivirla. Al pedo quedarse detenido lamentando.

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